Siempre odié ese tipo de hombres, con el cabello raro, con gafas negras, con la pose de quien sonríe; odie sus despeinados, su incapacidad para aceptarse imperfectos y llegar a donde los que sólo
son pueden llegar, los recuero ahora por un viejo albúm, creo que lo cerraré, espernado no encontrarlos en al vida de allá afuera.
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