miércoles, 30 de junio de 2010

Hay que escribir en dos fases, en dos ramas que al final se unen y sin embargo siempre terminan en el insomnio; hay que escribir la propia vida, con acciones y actos únicos y repetitivos, hay que aburrir al lector con los saltos de años, con la selección de escenas o mejor hay que divertirle mostrándole nuestra miseria.
Hay que escribir y yo sólo pienso en arrancar la hoja del libro y dejar incompleta la historia, en quemar el final y conformarme con la incógnita de lo que pasará mañana.... si es que hay algo que pueda pasar una vez que el papel se extinga.

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