sábado, 19 de junio de 2010

El nudo de la vida se estancaba en el hondo espacio de su garganta, llorar a veces es imposible. o quizá son las nubes del camino lo que provoca que no existan sensaciones, no intensiones de usar los ojos para algo que no sea mirar el futuro. Sus manos temblaban, sus pies eran una inteligencia aparte, los focos se apartaban de la luz que provocaban y las espinas de la piel se alarmaban por el frío que corria a raíz de los poros del mar del recuerdo.

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