miércoles, 16 de junio de 2010

nos sentamos bajo los árboles


no quiero que corrijas los errores de mi cuerpo
sólo quiero un instante bajo el soplo de tu tristeza
o que tus ojos consuelen los nudos 
que van preparando el cielo y las humedades
del silencio 

los charcos son los abuelos 
de donde el barro comenzó a ser vientre
y nuestros ombligos se conectan con su fondo
mientras miramos el horizonte sin salida
en el que la lluvia une los labios 
de cielo y tierra
de nubes y montañas
tu voz se estanca en un parpadeo
no quieres que corrija los errores de tu cuerpo, 
sino un conjunto de caricias
un escondite en esta nada 
que nos alamacena
sobre la tierra 
que será la sábana eterna de nuestro luto

las manos, como los cuerpos,
se encuentran bajo el frío
mientras  los árboles agitan el cielo hecho nudos
y los segundos  alargan sus ramas
formando  eventos que se pierden
en memorias que culminan 
en el momento en que nuestros cuerpos estaban bajo
el árbol que aún habla de su tiempo

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