domingo, 13 de junio de 2010

Lo pensé bien, me dije, y decidí no salir a jugar bajo la lluvia, el desnudo de tu cuerpo me asusta, porque la carne es caracol y encierra alguna idea ambigua, no apta para mi mente perturbada, imagino que sabes a qué me refiero, prefiero pensar que lo sabes, no estoy dispuesta a explicarte, a caminar contigo/conmigo/con nosotros en las aceras del centro, ni a verte en el espejo convertida en un trozo de realidad que esboce todos mis temores con una insípida sonrisa.


Quiero cerrar los ojos, como lo hacen los muertos y dejar que mi cuerpo vague en direcciones sólidas, en espejismos de aberrante luz, quiero que la luz devoré tus espacios, que tu cuerpo se haga cuadrado en la libreta en la que un niño empieza a dibujar una letra, o que seas el marco de la ventana, algo que no estorbe pero que tampoco luzca, en resumen que seas un trozo de papel con forma, que el viento te lleve a donde mi consciencia no conozca, mientras el agua cae desde el cielo y me animo a salir a cantar.

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