Mete el corazón en la licuadora, tiene que quedar cómo un líquido,
luego hornea los últimos despojos de los cuerpos ajenos,
báñalos con lo que exprimas de tus ojos.
No temas, el corazón era sólo un músculo minusválido,
un trozo sin equivalencia
y los cuerpos ajenos sólo eran buena vista
no hay quien los extrañe
Usa el licuado, ponlo en un vaso que invite a tomarlo,
pero advierte que es una bebida extremadamente amarga
deja los cuerpos sobre los platos,
pon un disco lleno de palabras mezcladas
y múdate al sueño en el que nada duele.
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