domingo, 13 de junio de 2010

Este lugar no almacena recuerdos, sólo da paso al olvido, es una herida como muchas otras, con un color algo salado en las orillas y un centro/corazón/ sin migajas para compartir con los necrófagos que vagan por el centro, cerca de los parques, de las iglesias, de los niños y los viejos.
Alguien tuvo la torpeza de poner un tapete frente a la puerta, de sumar al peso de la luz de las ventanas largas cortinas, de forrar con colores la oscuridad de los cuartos, y nadie reclama nada, ninguna voz torpe se reta  a sí misma en el vacio; faltan los espejos, si no hay una figura frente a nosotros es más difícil reclamarse, falta el resto del mundo, si no están es imposible el odio que nos da vida y mutila de manera simultánea.
Lo olvidaba, este lugar no almacena nada. Está hecho para que pase el olvido, es un brazo de viento que se cierra en los ojos de los vivos.

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