martes, 1 de junio de 2010

ahora escribo tu nombre


algo más corto de lo que en realidad es,


estabas en la pasta de dientes,


ahí te recuerdo, no tenías forma,


sólo una gota transparente con algunas puntas azules,


estabas en un sueño,


eras el padre de la novia,


el sacerdote que moría tras aventarse del noveno piso,


la mujer que cruzaba las piernas con unas medias caladas,


eras la nariz dibujada bajo el chorro de la fuente de un viejo monumento


y creo haberte visto incluso en una nube,


corrompiendo el cielo


no vivías ahí, entre mis sueños,


lo sé porque te conocí en un bar


pero me pareció interesante mencionarte


en los idiomas que los viejos desconocen


en las formas en que te desdoblas


cuando no hay razones para  dormir más

No hay comentarios: