No escribo para ti, no, más bien escribo para mi vida, para perderla, sí, yo también he querido perderte, dejarte en el tazón, sin el bocado que te he dado; sin pensar en los labios que resbalan del calor, del sabor de mi cuerpo, y es que aunque no escribo para ti tengo ganas de cobrarte el nombre que creamos; de escribir sobre tu espalda con el marcador negro que sirvió para tus piernas, eres mi libro preferido aunque nunca escriba de ti.
1 comentario:
Para el polvo que la hace volar.
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