domingo, 4 de octubre de 2009

exp. 1

el rayo toco mi cabeza, estremecio mis huesos, me hizo luz y luego carbon, era una idea divertida,  una quemadura lenta, como la del charco que ahora se desangra. Pero la alcantarilla no ha querido regresarle el trozo de carne que dejamos en el sitio, prefiere las transparencias de los ladrillos sobre la luz que se mira desde el costado primero de la calle, a reserva de que algo vuele, de que se interrumpa el olor de la calle, la combinacion con los restos quemados de mi vision en la ventana.

2 comentarios:

pata de perro dijo...

¡Maestrisima!

June dijo...

gracias.... acaba de aparecer tu comentario, gracias, pero nah, mira quien lo dice...