jueves, 8 de octubre de 2009

No confiés en mí, estoy hecha de estambre y estampillas, mi luto rojizo es escama de la luna, mis habitaciones son sencillos pasos de cascada. Desorientada recojo nombres numerados de incienso. No hay intestino de la ciudad que no corra ni recorra la naturaleza de nuestros muertos, pero la sonrisa es equivalencia de lo opuesto, de lo que no tiene nombre y sin embargo es fiesta de guardar.
I
Detén tu pelo en la ola del viento que susurra en mi espalda, carga de inmaculados labios nuestra desnudez de letra, que los columpios, en los que las linternas alumbran la infancia en la que nada era tan espectacular como poder sonreír en manada, se encarguen de darnos un minuto de oscuridad, de dejarnos en la brecha, de cazar con las manos mojadas de novedad el aire que nos carga.

2 comentarios:

pata de perro dijo...

¡No manches!
Nuestra desnudez de letra. ahhhhhhhhh me llenas toda una libreta de autografos tuyos?
no manches! vendemelo si quieres, me falta una foto, recuerdame una foto.
^^

June dijo...

jajaja... no juegues