martes, 27 de octubre de 2009

evitar

evitabamos... despacio...
como iba diciendo
evitabamos hablar del dolor
pero evitabamos más el estar solos
el olor a soledad golpeaba nuestros muros
y luego una palabra
revolucionó nuestro encuadre
nosotros fuimos verde
en el ojo de quien nos abandonaba
quizá porque es el color de los cristales
que reflejan el papadeo del tripie
y luego vinieron a quitarme la libertad
a ocuparme
como si yo misma
fuera una estampilla
una banca
un sarten
un espacio
un cuarto vacio
un billete de diez...
pero no es que fuera yo, no,
era el sueño que se convertia en vicio
y esto que escribo es el desvelo
...
cuando sus palabras se volvieron poesia de sangre
-colmena-
yo pense que soñaba con la boca abierta
y que por eso mis orejas no huian a su voz
pense que quiza lo mejor seria sonreir y esperar
a que el letrero de alto
le dejara sin palabras
pero el papadeo seguia en la esquina,
con un verde que cambiaba
a amarillo
y ambos evitamos estar solos
tomamos de la mano
a quien nos quedaba
el profeta seguia hablando
de sangre
de afrenta
de amor
de muerte
nosotros mirabamos la nada
sin poder detenerle
él hablaba otra vez de poesia,
yo miraba mis manos entre el silencio
y mi cara en alguna duna.
....
no, esto no funciona, el semaforo se ha puesto en rojo,
ya nadie nos abandona
estamos solos

2 comentarios:

pata de perro dijo...

Un billete de a diez, soy uno: roto y olvidado.

:o

June dijo...

hay ajá, si tu eres de los de a mil, nuevecito!!!