tu aroma en la nariz, en el placer que provoca la evocación de tu voz, llevo conmigo alguna migaja de tu cuerpo partido, y el infinitivo de tu nombre cargado de cascabeles...
te llevo hasta en el mar que he comenzado a respirar.
te llevo hasta en el mar que he comenzado a respirar.
2 comentarios:
Las migajas saben ricas.
jajaja, si, ni que lo digas....
Publicar un comentario