lunes, 24 de mayo de 2010

Lo malo de las fotografías es que ahí no pica tu barba ni late tu corazón


las miro esperando que te encuentres en ellas, pero justo al mirar en el centro de su cuerpo descubro que ya no estás
han dejado distintas cicatrices,
huellas absurdas
no me interesa ver a desconocidos, les grito
pero no contestan
imaginan que no reconozco tu rostro ni el mío,
que la que se equivoca soy yo

II



en las fotografías que conservo no somos nosotros
lo sé porque me he visto en el espejo antes de abrir el álbum
porque tú te marchaste hace años
porque me sobran los porques que demuestran su mentira

en ninguna se conserva el viento del mar en el que tiramos nuestro corazón para ver si alguien lo encontraba
ni el rumor de las olas
ni el abrazo en el horizonte entre los azules del mar y del cielo
ellas están vacías, incluso de sueños
no destilan risas
sólo pesadillas en las que tu recuerdo se vuelve
                                                                        lo que muestran
esos otros que no comparten más que una imagen
que no muta, que no avanza, que no sufre  ni con las despedidas.

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