ire a comprar rocas
para construirle una tumba a mi amante
luego de llorarle un rato prendere la radio,
bailare y cantare
él muerto, sepultado bajo rocas en el jardin
yo esclava en la cocina del ama
la mujer que compra carne en el cementerio
me rehusare a comer del festin de las moscas
pero sonreire libre
sabiendo que no vendera su alma
al repertidor de leche
y que en estos segundos llenos de serenidad
no habra hueso suyo bajo la limpia alfombra
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