jueves, 20 de mayo de 2010

Estoy cansada de esperarte, de que tu nombre siga invisible sobre los nudos de nuestras manos, estoy cansada de hartarte, de que hasta la muerte entienda mejor que esta mirada no significa nada, estoy cansada de llevar en la boca la muralla de los últimos roces, la espalda de las plataformas en las que nuestra vida se hacía vuelo y caída

tardaría mil lunas en acentuar esa palabra, no tengo ganas

no quiero seguir esperando

pero mis plantas están clavadas

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