las fronteras se vuelven espacio, yo escupo en este blog, como lo hice en otro, todos mis desencantos, lo cierto es que aún cuando no vuelvo lo extraño. Ahí dejé mi alma, espero no olvidralo, mi juventud, mis sueños, esa vida en donde incluso el amor vagaba entre hojas de libretas y desvelos de llamadas telefónicas, ahí dejé el palpitar rítmico, y me mudé a éste con un féretro, con mi cuerpo violento de putrefacción.
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