sábado, 10 de julio de 2010

encontré el deseo, tirado en el suelo,
le dije: tengo una caja, en el centro del lugar donde vivo, 
es de cartón, no es amplia.


se metió en ella, con gran dificultad,
la guardé bajo la mesa improvisada de tablas
y lo alimentaba a veces,
con lo que iba sobrando de mi hambre
un día, ya repuesto de su abandono, 
me miro a los ojos, salió de la caja desnudo,
lleno de impulso, 
hacia donde no podría seguirlo.


me quedé tirada en el piso,
con una caja
con mendrugos
con la cojera de saberme sin deseo.

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