escribi

escribí sobre el mundo y lo increíble es que no te conocía, escribí, lo hice toda la noche, creé remolinos, inventé soluciones a las hadas que habitan el mar y que no saben de amor o despecho, imaginé que tus labios rodeaban la atmósfera desnuda de mis círculos, luego me quedé dormida, en el pretil del tiempo, te encontré y puse sinónimos y antónimos en los verbos que originalmente no podían mentir, me confundí en el cable de la línea de tu mano.
Escribí sobre el mundo y fue para encontrarte, punto último, señal de mi fin.